Cerca de 800 millones de dólares ha recibido la República Dominicana en inversiones turísticas inmobiliarias este año, más del doble de las verificadas en el período 2002 – 2007, cuando alcanzaron los 351.2 millones de dólares.
De acuerdo a las proyecciones de la Secretaría de Turismo, basadas en los proyectos presentados por inversionistas a esa entidad, para el 2012 el monto total invertido se aproximará a los 7,104.2 millones de dólares.
Solo en la provincia La Altagracia, donde se encuentran los más grandes y lujosos proyectos, tales como Cap Cana, Punta Cana y Roco ki, se han invertido este año unos 430 millones de dólares. En cuatro años esta provincia habrá recibido más de 2,500 millones de dólares en inversión turística inmobiliaria.
Las provincias de Samaná y María Trinidad Sánchez, donde el desarrollo hotelero y el “todo incluido” han sido de crecimiento lento, han recibido sin embargo un gran impulso turístico, siendo la segunda y tercera provincias en la captación de inversiones para el turismo inmobiliario durante el presente año, con 129 y 84 millones de dólares respectivamente.
El primer proyecto de turismo inmobiliario desarrollado en el país fue Casa de Campo, y más que fruto del interés de sus desarrolladores por incentivar el desarrollo turístico dominicano, fue una forma de invertir las ganancias que la ley de Inversión Extranjera vigente entonces, impedía repatriar a la Gulf and Western. Es innegable, sin embargo, el aporte de este proyecto y el prestigio que ha ganado y ha sabido mantener a lo largo de los más de 30 años de operaciones.
La 158-01, es la que logra dar el impulso necesario a un sector que, hoy por hoy, está cambiando el perfil de la inversión en el sector que, de acuerdo a todas las estadísticas, es el principal motor de la economía, y que, además, está logrando captar a clientes de elevadísimo poder adquisitivo, que hasta ahora no habían mostrado interés alguno por la República Dominicana.
La ley 158 – 01, con todas las ventajas que ofrece a los inversionistas, ha posibilitado el boom en el sector inmobiliario, junto a la estabilidad económica y monetaria que ha mantenido el país, en medio de las turbulencias que afectan a la economía mundial.
Otros puntos que han contribuido al boom inmobiliario están relacionados con la caída en las tasas de interés en el país, que han hecho que mucha gente decida invertir en un bien inmueble, que les resulta más rentable que mantener el dinero en el banco a las tasas actuales.
Un aspecto importante en el desarrollo del sector son las inversiones en infraestructuras que ha hecho el gobierno, a veces junto al sector privado, como es el caso de la regeneración de playas, que tan buen efecto ha tenido en zonas como Juan Dolio.
Los nuevos conceptos de inversión inmobiliaria, en que los desarrollos incluyen marinas, campos de golf y una serie de atractitivos para toda la familia, y la modernización de la sociedad “fruto de dirigencias políticas con visión global”, que han impulsado las nuevas tecnologías que permiten mantener el contacto con todo el mundo, son algunos de los puntos que han hecho que el país logre el crecimiento acelerado de este sector.
En el caso de los inversionistas o adquirientes dominicanos, muchos han decidido vivir en estos desarrollos, ya que, como en el caso de los que están cerca de la ciudad, disfrutan de la vida urbana y de lo mejor de vivir en un resort.
No hay que olvidar, que República Dominicana es la segunda isla más grande del Caribe, y como tal cuenta con más kilómetros de costa y de playas. Cuenta, además, con la mayor bio diversidad regional, y con una serie de atractivos que se lo permiten.
Estas ventajas han motivado que el turismo haya crecido tanto que representa el 40 por ciento de toda la industria turística del Caribe. Esto, a pesar de que el país fue uno de los últimos de la región en desarrollar el sector.
Es difícil determinar el número exacto de desarrollo inmobiliarios que se encuentran en ejecución en este momento. Esto así, porque los grandes desarrolladores adquieren enormes extensiones y diseñan un plan maestro, y a partir de allí venden lotes en los que se van desarrollando diversos proyectos, con su propia estructura, su propia comercialización y su propio blanco dé público. Un ejemplo de esto es el caso de Cap Cana, donde actualmente hay más de 60 lotes con proyectos en ejecución, en una primera etapa con 30 millones de metros cuadrados, de los 130 millones conque cuenta.
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